viernes, 12 de marzo de 2021

Un año con la Covid-19 en España

        Los medios de comunicación nos están recordando en los últimos días que hace ya un año que el coronavirus (SARS-COV2)  y la enfermedad que produce, la COVID-19, se hicieron presentes en nuestras vidas.  También nosotros queremos hacernos eco de este aniversario aflorando nuestros recuerdos y sacando a la luz nuestras anotaciones. Hemos pensado hacerlo en dos entradas diferentes, una primera, referida a España,  en la que escribimos sobre los antecedentes de esta pandemia, la legislación aprobada, los cambios en nuestras vidas, así como sobre su desarrollo y consecuencias. La segunda la centraremos en nuestro municipio. En ambos casos se trata de trabajos breves en los que por motivos de espacio habrá olvidos, y lagunas, quizás también algunos errores, que rogamos disculpen.

        En diciembre de  2019 conocimos que se había detectado en un grupo de personas enfermas de Wuhan (República Popular China) un brote con una neumonía desconocida hasta entonces; poco después se identificó a un coronavirus como responsable de esa enfermedad. Pocas personas podían imaginar entonces las consecuencias de todo tipo que iba a causar en el mundo entero. Los viajes comerciales y turísticos facilitaron muy pronto su expansión por todos los continentes. Semanas después empezaron a aparecer los primeros casos de personas infectadas por coronavirus en Europa (Francia, Alemania, Italia…).

        En España el primer positivo se conoce el 31 de enero, se trata de un turista alemán que se encuentra en La Gomera. El 12 de febrero se cancela la celebración del mayor congreso tecnológico del mundo, el Mobile World Congress de Barcelona. El primer fallecimiento por COVID-19 en nuestro país se produjo en Valencia el 13 de febrero, aunque esto se supo después. En los primeros días de marzo seguimos con expectación la expansión del coronavirus y especialmente nos fijamos en Italia, país donde aumenta a gran ritmo el número de personas infectadas. El 8 de marzo, cuando ya hay cerca de 600 contagios y 17 fallecidos, se producen en España, con motivo de la celebración del Día de la Mujer, numerosas concentraciones, que todavía hoy día siguen siendo objeto de polémica entre los partidos políticos y la ciudadanía. Ese mismo día VOX celebra su Asamblea Ordinaria y las competiciones deportivas se celebran con asistencia de público. El 9 de marzo la Comunidad de Madrid y el País Vasco en parte de su territorio ordenan el cierre de los centros educativos. En los días siguientes lo hace el resto de comunidades. En el resto de curso se implanta la educación no presencial. A destacar el esfuerzo de los docentes y de toda la comunidad educativa. Paralelamente, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas recomiendan el teletrabajo siempre que sea posible. 

Diario El País, 11 de marzo de 2020

        Ante la evolución de la enfermedad, el 11 de marzo la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la COVID-19 como una pandemia, pues la enfermedad se extiende por muchos países. Tres días después, el 14 de marzo, el Gobierno de España aprueba declarar el estado de alarma en todo el territorio nacional por un periodo de quince días, para afrontar la situación de emergencia sanitaria que se ha producido en nuestro país (R.D. 463/2020). El Congreso de los Diputados autoriza hasta seis veces (25 de marzo, 9 y 22 de abril, 6 y 20 de mayo y 3 de junio) la prórroga de dicho decreto. Otras medidas legislativas de interés son el R.D. 465/2020 de 17 de marzo, por el que se modifican algunos artículos (7.1, 10 y 14) del Real Decreto antes citado y el  Real Decreto-ley 10/2020, de 29 de marzo, que regula un permiso retribuido recuperable para los trabajadores de las empresas no esenciales. Este último pretende la paralización de todas las actividades no esenciales hasta el 9 de abril. 

Diario El País, 14 de marzo de 2020

        Durante la primavera de 2020 los datos de contagios y defunciones en nuestro país, ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, son alarmantes: 94 417  casos confirmados y 8 189 defunciones a 31 de marzo, 213 435 y 24 543 a 30 de abril y 239 429  y 27 127 a 31 de mayo. Realmente, las cifras de contagios fueron mayores pues en ese tiempo hubo cientos de miles de personas a las que no se realizó ninguna prueba. El Instituto de Salud Carlos III, según el estudio de seroprevalencia elaborado meses después, estimó que en ese periodo hubo alrededor de dos millones de personas contagiadas, aproximadamente el 4,25% de la población española. También fue mayor la cifra real de fallecimientos pues en los datos oficiales solo se contabilizan las personas con prueba diagnóstica positiva. Con posterioridad el Instituto Nacional de Estadística eleva la cifra oficial de muertes del ministerio en más de 18 000  hasta mayo.

        El estado de alarma finaliza el 21 de junio. Antes, el 28 de abril, el Consejo de Ministros, aprueba el Plan para la transición hacia una Nueva Normalidad por el que cada provincia avanza a un ritmo diferente, pero coordinado. El plan consta de cuatro fases y pasar de una a otra dependerá de la capacidad del sistema sanitario, situación epidemiológica, medidas de protección en espacios públicos, datos de movilidad y socioeconómicos. Con este plan de desescalada se pone en marcha la llamada “cogobernanza” en el que las Comunidades Autónomas van a tomar un mayor protagonismo. 

Plan para la transcición hacia una nueva normalidad

        Durante el verano se producen dos noticias que no podemos olvidar. La primera, el 3 de junio, día en que se da a conocer que el Premio Princesa de Asturias  de la Concordia se concede a los sanitarios españoles en primera línea contra la COVID-19. Reconocimiento más que justo que es compartido por toda la sociedad españolas. La segunda, el 16 de julio, con el Homenaje de Estado a los fallecidos por coronavirus, que preside el rey Felipe VI. Tras un estío, no del todo tranquilo, finaliza la llamada primera ola.

        El mes de septiembre viene con una estabilización en el número de contagios y con el inicio de un nuevo curso escolar en el que se va a impartir la educación presencial. En contra de todas las previsiones y gracias al esfuerzo de toda la comunidad educativa el curso se va desarrollando con cierta normalidad y con resultados mejores de los esperados. Nuestro reconocimiento a otro colectivo, nuestros compañeros docentes, que ha destacado con su trabajo en esta pandemia. En próximas entradas conoceremos cómo se va desarrollando el presente curso en los centros alcalaínos.

         En octubre se inicia una importante subida (segunda ola). El 25 de octubre, día en que España tiene un tasa de incidencia a 14 días claramente ascendente (410,18),  se publica en el BOE el R.D. 926/2020, que regula un nuevo estado de alarma hasta las 0:00 horas del 9 de noviembre. Cuatro días después, el Congreso de los Diputados aprueba una resolución, por la que se aprueba la prórroga del estado de alarma, en el que todavía estamos, hasta el 21 de mayo de 2021. Ese mismo día, 29 de octubre, se publica en BOJA la Orden de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, por la que se establecen niveles de alerta sanitaria y se adaptan medidas temporales y excepcionales, que sería modificada el 8 de noviembre.

         El pico de esta segunda ola en España se alcanza el 9 de noviembre (529,43). A partir de este día la tasa desciende hasta el 10 de diciembre (189), cifra parecida a la de finales de agosto. El 30 de noviembre, Sanidad notifica 9 200 defunciones en este mes, cifra que sólo se superó en abril. En algunas comunidades las hospitalizaciones y fallecidos superan a las de la primera ola, situación que se repite en muchos países europeos que habían resistido muy bien al principio. Al finalizar la segunda ola, mediados de diciembre, los casos confirmados en España superan la cifra de 1 700 000 y el número oficial de muertes está en torno a 48 000 (18 000 más que en la primera). Queremos recordar que el aumento de contagios trae consigo el aumento en las semanas siguientes, primero de hospitalizaciones y luego de fallecimientos.

        A mediados de diciembre comienza la llamada tercera ola. La movilidad por todo el territorio español y las reuniones  sociales y familiares en Navidad parecen explicar el cambio de tendencia. La buena noticia es que el 27 de este mes comienza la campaña de vacunación en España y tres días después en nuestro municipio (ver entrada 17 de enero en este blog).

        El ascenso lento pero constante de la tasa de incidencia a 14 de días durante la segunda quincena de diciembre se agudiza durante el mes de enero, alcanzando su pico el día 27 (899). Esta subida provoca la aprobación por parte del presidente de la Junta de Andalucía del Decreto 2/2021, de 8 de enero, por el que se establecen nuevas medidas en nuestra comunidad, prorrogado el 12 de febrero. Desde finales de enero se inicia una caída que alcanza su punto más bajo el 10 de marzo (139,57), día en que cerramos este trabajo. Los datos totales desde el inicio de la pandemia que nos proporciona el Ministerio de Sanidad en esta fecha son  3 178 442 contagios y 71 961 fallecidos. A destacar también que febrero es el mes con más muertes (más de 10 000) después de abril de 2020.

Evolución de la pandemia en España. Fuente: Instituto de Salud Carlos III.

        En los últimos días se está ralentizando el ritmo de descenso, debido quizás a que la cepa británica se está transmitiendo con mayor facilidad entre quienes no guardan las  medidas sanitarias. Habrá que esperar para ver de qué forma la flexibilización de medidas en las semanas previas a la Semana Santa influye en la evolución de la tasa de incidencia. Recordamos que el objetivo del  Gobierno de España es bajarla de 50. También habrá que estar atentos al desarrollo del proceso de vacunación. De los resultados obtenidos dependerá si entramos o no en una cuarta ola.

      Sobre lo vivido en este último año podemos sacar algunas conclusiones. Esta pandemia nos ha recordado que somos más vulnerables y débiles de lo que creíamos. También han quedado visibles algunas debilidades de nuestro sistema sanitario que las autoridades deben solventar rápidamente: más medios humanos y materiales para la atención primaria y mejoras significativas en los sistemas de prevención y rastreo, en el registro de datos y en el reparto de competencias entre administraciones Así mismo queremos señalar la reacción tardía de la Organización Mundial de la Salud, la Unión Europea y los Gobiernos, también del nuestro, y la falta de coordinación, sobre todo al principio, intermundial, intereuropea e interespañola. En nuestro país subrayamos la falta de unidad política, así como la necesidad de engrasar mucho más nuestro Estado autonómico. La mejora de ambas situaciones ayudará sin duda a  optimizar los resultados y a salir de la crisis en la que nos encontramos.

        Quizá los párrafos anteriores contengan demasiados datos, demasiada legislación. Consideramos que un análisis objetivo de la pandemia los requiere. Pero más allá de los fríos datos no podemos olvidar el aspecto personal y emocional. Con toda seguridad, los recuerdos que todos tenemos de esta pandemia, -ustedes, nuestros lectores, y nosotros- estén más unidos al undo de las emociones y los sentimientos.  ¿Quién no ha sentido en algún momento dolor, tristeza, indignación, miedo, ansiedad, culpa, preocupación, consuelo, gratitud, esperanza, confianza, amor, admiración…?  Sirva de ejemplo la "hora de los aplausos", dedicada al personal sanitario, en la que  afloraron muchos de los sentimientos antes expresados.    

       No queremos olvidarnos de todos aquellos que nos han dejado, que siempre permanecerán en nuestro recuerdo, y de sus familiares que en muchas ocasiones han vivido el duelo en soledad. Tampoco nos olvidamos de los que han padecido la enfermedad, muy especialmente de los hospitalizados y de los ancianos de las residencias, y de todas aquellas personas que han dado luz a este año de muchas sombras. Damos infinitas gracias a los que nos han cuidado (personal sanitario y de residencias), a los que nos han protegido (Fuerzas de Seguridad y Ejército), a los que nos han ayudado (Cáritas, Cruz Roja, Protección Civil, instituciones, asociaciones, particulares…), a los que nos han alimentado (transportistas y comerciantes), a los que no han dejado de enseñar y a los niños que han sido ejemplo de comportamiento… Todos estos colectivos y muchas personas voluntarias han mostrado lo mejor de nosotros mismos. Y finalmente nuestro reconocimiento también a todos aquellos, que con más o menos acierto, han tenido que tomar decisiones nada fáciles y gestionar esta situación de crisis sanitaria, social y económica.

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