martes, 4 de mayo de 2021

La Covid-19 y los centros educativos alcalaínos: el IES Alfonso XI

En esta serie de entradas dedicadas a los centros educativos alcalaínos es ahora el momento del IES Alfonso XI, instituto que ofrece las enseñanzas de Educación Secundaria Obligatoria, Ciclos Formativos y Bachillerato. Esta entrevista, realizada en el mes de marzo, ha sido reformulada en los últimos días en lo que tiene que ver con la actualización del número de casos, debido a la incidencia de la cuarta ola de la COVID-19 en nuestro municipio y comarca, y también en algunos centros educativos alcalaínos, especialmente los de Educación Secundaria. Agradecemos a su director, Juan Manuel Aguilera Díaz, el esfuerzo realizado en unos momentos, en los que han sido muchos los frentes a los que ha tenido que acudir.  Aprovechamos esta ocasión para felicitar a toda la comunidad educativa por la reciente celebración de su Cincuenta Aniversario (1969-1970, 2019-2020).

Cuando hemos superado un año del inicio de la pandemia actual de la COVID-19, podemos distinguir dos etapas en el desarrollo de los dos últimos cursos escolares. Una primera, de marzo a junio del año pasado, de actividad no presencial y otra, de septiembre a la actualidad, en la que los alumnos si acuden a sus respectivos centros. ¿Qué medidas de prevención e higiene se han tomado? ¿Qué cambios importantes se han producido en la organización y funcionamiento del centro a lo largo de este curso? ¿Cómo valoráis ambas etapas? ¿Cuáles han sido las principales dificultades con las que os habéis encontrado? ¿Cuáles han sido los aspectos más negativos y cuáles los más positivos?

En primer lugar, si bien es cierto que el alumnado está asistiendo al Centro desde el mes de septiembre, en el Alfonso XI hemos tenido que adaptar el proceso de enseñanza aprendizaje a un sistema semipresencial del alumnado con enseñanza telemática para todos los grupos desde 3º de ESO en adelante debido a la elevadísima ratio que soportamos en todos los niveles. Decir elevadísima no es una forma de hablar sino que TODOS los niveles y grupos tienen una ratio de 30 o más alumnos y alumnas por aula, siendo especialmente exagerada en 3º de ESO con 33, 4º de ESO con 31 y 2º de BTO con más de 35. Este elevado número de alumnos y alumnas por clase unido a la escasa superficie de las aulas (superan por poco los 40 metros cuadrados) nos ha obligado, además con toda premura del mundo (a 3 de septiembre las instrucciones eran de enseñanza presencial 100% para todos los niveles en Andalucía y el día 15 comenzamos las clases utilizando docencia telemática incluida la modalidad sincrónica) a adaptar técnicamente con nuestros propios medios el 75% de las aulas del instituto a este nuevo tipo de docencia para poder atender al 50% del alumnado que, semana sí semana no, permanecía en casa por cuestiones evidentes de seguridad sanitaria.

Además, es muy reseñable el enorme esfuerzo que tanto profesorado como alumnado y familias están haciendo para poder desarrollar su tarea de la mejor manera posible, afrontando problemas nuevos y desconocidos, todos y cada uno de los días. El profesorado se ha formado de mil maneras, dedicando mucho más tiempo y esfuerzo y generalmente excediendo por mucho su jornada para esa tarea. El alumnado ha tenido que ir aprendiendo a recibir clases a través de videoconferencia, a tener que organizarse de forma autónoma en su trabajo, a soportar estoicamente (al igual que el profesorado) los problemas técnicos con cámaras que no muestran bien las pizarras, con cortes de red, con múltiples problemas de sonido y ésto por solo nombrar los más evidentes. Entre los que no se ven de forma tan clara, pero que probablemente serán los más graves de cara a futuro, están los emocionales, y de éstos, ni familias, ni profesorado, ni alumnado van a estar libres.

Sinceramente, los otros aspectos organizativos (escalamiento en entradas y salidas, distribución de zonas comunes, diseño del uso de los baños, diseño de desplazamientos en el interior de las instalaciones, implementación de  todas las medidas higiénicas, optimización de las tareas de limpieza) han sido realmente sencillos gracias a la ayuda y el compromiso de toda la comunidad, en especial de nuestro alumnado que se está desenvolviendo de manera ejemplar.

Con respecto al confinamiento que sufrimos en los últimos meses del curso 19/20, todos conocemos lo duro que fue para toda la población. Con respecto al alumnado, creo que podemos definir la situación como la de ese atleta que deja de entrenar por una lesión y luego para volver a ponerse en forma debe dedicar un esfuerzo inmenso. Obviando la cuestión de los contenidos sin desarrollar que es evidente, el alumnado en general muestra un notable estado de dispersión y distancia con respecto a la normalidad que hace que las tareas de enseñar y aprender se vuelvan mucho más complejas de lo habitual.

Es claro que los aspectos negativos de este último año saltan a la vista, aunque si me permitís, el peor de todos es el de que desde muchos ámbitos se empeñen en convencer a nuestros jóvenes de que no tienen futuro. Creo que la tarea de todos los que tenemos alguna responsabilidad pública o que esté relacionada con la juventud, debe ser la de contribuir y trabajar para mejorar el futuro y darles la mejor formación posible y no a pronosticar catástrofes y desgracias.


¿Qué recursos materiales y humanos han llegado a los centros con el inicio del curso actual (Especificar si los ha concedido la Administración o el propio centro) ¿Son suficientes? ¿Se ha reforzado el servicio de limpieza? Aparte de la compra de gel, mascarillas…indicar si se han adquirido recursos especiales como medidores de CO2 o incluso purificadores de aire con filtros HEPA.

Sí ha habido un incremento en ambos sentidos por parte de la Administración. El servicio de limpieza se ha reforzado con dos personas más, ahora son cinco profesionales y el profesorado se ha incrementado con tres profesores. El aumento de profesorado es de un escaso 6% y es manifiestamente insuficiente por todo lo expuesto con anterioridad. En un centro tan grande y con la ratio que soportamos (y no solo este año, sino que históricamente ha sido así) solo nos ha permitido desdoblar los primeros y segundos de  ESO para poder dejarlos con 23 y 25 alumnos y alumnas por aula. Examinando la llegada de cupos de profesorado extra se puede constatar que ha sido un poco “café para todos” y no se han tenido muy en cuenta las particularidades y dificultades de cada centro.

En cuanto a recursos económicos, podemos decir que sí hay un cierto incremento en la dotación para gastos de funcionamiento y se han concedido partidas adicionales para reformas y mejoras, pero de en el mismo sentido que el expresado con el personal, tampoco parecen haberse tenido en cuenta las particularidades de los centro, por ejemplo la antigüedad de las instalaciones a la hora de acometer reformas.

Se ha tenido que invertir en todo, salvo en purificadores (que no hemos podido constatar su utilidad real). De cualquier manera, en nuestro caso la inversión mayor con diferencia ha sido en tecnología; cámaras, micrófonos, nuevos equipos informáticos, proyectores, etc.

¿Creéis que los cambios producidos, en relación con el uso de las nuevas tecnologías, van a quedarse en los centros?

Creo que claramente sí. Solo que habrá que profundizar en la formación para su uso tanto para profesorado como para alumnado e incluso para las familias.


Por los medios de comunicación y por las declaraciones de las autoridades educativas sabemos que los centros han resistido al coronavirus mejor de lo que se esperaba. El porcentaje de aulas confinadas en nuestro país está entre el 0,7 y el 2% del total. Esto ha hecho que Gobierno Central y Gobiernos Autonómicos hayan apostado por mantener la educación presencial. ¿Cómo valoráis esta decisión? ¿Cuántas aulas se han cerrado temporalmente en vuestros centros? ¿Cuántos alumnos, profesores, personal no docente se han contagiado? ¿Cuántos han guardado cuarentena, por unos u otros motivos? Los momentos en que ha habido más contagios, ¿han coincidido con los picos de la segunda y tercera ola (noviembre y febrero) en nuestro municipio?

En cuanto a este asunto hay que resaltar dos situaciones diferentes.

En primer lugar, desde inicio de curso hasta la primera semana de abril, los esfuerzos organizativos, la asistencia y metodología semipresencial en gran parte de los cursos y niveles, el comportamiento del alumnado y la colaboración de las familias nos mantuvieron con un nivel relativamente bajo de casos positivos comunicados y una incidencia controlada que no interfirió sustancialmente en la dinámica educativa del Centro. En estos momentos no se detectaron contagios dentro de nuestras instalaciones y los positivos en los miembros de la comunidad escolar tenían claramente origen exterior.

Sin embargo, justo a la vuelta de las vacaciones de Semana Santa, el panorama cambió radicalmente. De manera abrupta se nos van comunicando nuevos casos de contagio entre nuestro alumnado, repartidos entre los niveles de 2º, 3º, 4º de ESO y dos grupos de 1º de Bachillerato. Esta situación no era nueva y simplemente se realizaron los rastreos pertinentes en los distintos grupos, proponiéndose los protocolarios confinamientos. El problema llegó después y algo que no había sucedido en los siete meses anteriores comenzó a ocurrir: las pruebas que se realizaban a los contactos estrechos de los positivos confirmados ahora también eran positivas. Esta situación fue especialmente complicada en un grupo de 2º de ESO, otro de 3º y dos grupos de 1º de Bachillerato lo que nos condujo a tener que decretar el confinamiento completo de la clase de 2º de ESO (con enseñanza presencial 100% por obligación normativa) y por tanto su cierre y estar muy cerca de esta situación en los otros tres grupos reseñados. Hay que decir que el modelo de enseñanza semipresencial evitó el cierre de esas clases al tener parte el alumnado recibiendo enseñanza telemática en casa y habiendo evitado el contacto directo con los positivos confirmados.

A día de hoy (28 de abril), tres semanas después, la situación ha vuelto prácticamente a la normalidad y el Centro funciona prácticamente al 100% salvo por algunos casos aislados. En este punto, sí me gustaría comentar, que por desgracia la infección nos puede afectar gravemente a todos, jóvenes y mayores, y que una de nuestras alumnas se encuentra en una situación grave a consecuencia del virus. Desde aquí permitidme enviarle un fuerte abrazo a ella y a su familia.

Haciendo referencia a los datos más relevantes, en los primeros siete meses del curso los positivos confirmados en la población escolar, alumnado y profesorado, no superaba el 7%. Sin embargo, en solo los 10 primeros días de este trimestre llegamos a tener más de 40 casos activos entre el alumnado. Como dato podemos decir también, que probablemente contribuye a aumentar el número de casos concentrados en algunos niveles el hecho de que el IES Alfonso XI es receptor de un número considerable de alumnado procedente de los pueblos de la comarca (Castillo, Frailes y en menor medida de otros como Priego de Córdoba y Almedinilla) en los que la situación epidémica está siendo aún peor que en Alcalá en estos momentos. Sin embargo, como digo, parece que este pico epidémico está remitiendo y en los últimos días la “normalidad” está volviendo, lo cual nos tiene que hacer ser optimistas de cara al final de este anormal curso 20-21.

Sabemos que han sido muchas las directrices que han llegado a los centros desde la Delegación Provincial de Educación. ¿Cómo ha sido la relación entre esta y los centros ¿Se han atendido vuestras peticiones?

No ha habido ningún cambio sustancial en la relación Centro-Delegación provincial reseñable y en cuanto a las peticiones particulares han sido atendidas en la misma baja medida habitual. Sí hay que resaltar que las sustituciones de profesorado si están funcionando de una manera más eficiente que en otros cursos. Sobre este asunto y en mi opinión, resulta llamativo que se están produciendo un número considerablemente más pequeño de bajas entre el profesorado de las inicialmente esperadas e incluso con respecto a otros cursos, lo que habla muy bien de la implicación de los profesionales en estos momentos complicados.

¿Ha sido efectiva la designación de un/una docente como coordinador/a COVID? ¿Qué atribuciones ha tenido? ¿Existe un plan escrito donde se detalle cómo se debe de actuar?

En nuestro caso, la coordinación COVID la asume la dirección del Centro y visto con perspectiva ha sido una decisión acertada, tanto por la dedicación necesaria (el rastreo de casos se ha producido a cualquier hora de cualquier día), como por la información necesaria para tal tarea.

Conocemos que la relación con los centros de salud ha sido intensa. ¿Cómo se establece esa colaboración?, ¿quién es el sanitario de referencia de cada centro educativo? ¿cuál es su función?

En nuestro caso, la relación con el profesional sanitario que asume el papel de enlace con nosotros ha sido excelente y fructífera y la comunicación muy fluida (lo mismo puedo decir del resto de profesionales que me han atendido en fines de semana y temporadas de vacaciones). Gerardo Tirado, nuestro enlace, se ha encargado de solucionar nuestras dudas en cuanto a los protocolos de actuación y sus lógicas y numerosas modificaciones, de comunicar los casos positivos y de gestionar los rastreos que tienen repercusión escolar.

 

En la situación actual, un año después del inicio de la pandemia, nos interesa conocer cómo se encuentra el profesorado, uno de los colectivos que más está sufriendo esta y que está dando todo lo mejor, ¿qué estado de ánimo tiene?, ¿ha aumentado el número de bajas por enfermedad?, ¿ha cambiado mucho su forma de trabajo? ¿cómo ha acogido el anuncio de la vacunación a los docentes con menos de 55 años?

El curso empezó con ilusión e incertidumbre y se siguen viendo muchas ganas aunque también es cierto que se están empezando a ver síntomas de cansancio y estrés entre los profesionales. La primera dosis de la vacuna ha sido recibida con cierta esperanza generalizada, aunque la situación epidemiológica no termina de mejorar. Para los mayores de 55 años existió una especie de limbo en el que esperaban expectantes cuándo, cómo y cuál vacuna les correspondería aunque la situación cambió pues después se decidió vacunar también a  los docentes con más de 55 años con el preparado de AstraZeneca. Sin embargo, un nuevo cambio en las pautas de vacunación hace que quede por resolver sí a este grupo se les va a aplicar la segunda dosis con esta misma la misma vacuna, lo que por ahora parece poco probable manejándo otras opciones.

¿Cómo han reaccionado los alumnos y alumnas a los cambios producidos? ¿Se han notado cambios importantes en su rendimiento? ¿Habéis notado que los alumnos con menos recursos económicos han sido los más afectados durante la etapa en la que los centros han permanecido cerrados? ¿Ha habido algún problema importante en el tiempo de recreo? En los días de más frío, cómo se ha resuelto el tema de la ventilación de las aulas.

La plasticidad de la juventud ayuda a asumir los cambios con más naturalidad que en los más mayores, sin embargo, son evidentes la bajada de rendimiento y la falta de implicación en el trabajo por las desconexiones evidentes derivadas de la semipresencialidad.

En nuestro caso, y salvo casos muy concretos, no se han notado las circunstancias socioeconómicas de las familias en el rendimiento del alumnado. También hay que reseñar que el Centro ha puesto los recursos de los que dispone al servicio de las familias.

No ha habido problemas ni durante los tiempos de recreo ni en otras circunstancias donde el alumnado se maneja con más libertad, solo ha habido que recordar las normas de seguridad en algunas ocasiones y reforzar las labores de guardia del profesorado en determinados tiempos y lugares.

La ventilación sí ha supuesto un gran reto. Aún sin ser demasiado conscientes, el hecho de mantener todas las ventanas y puertas abiertas en los días más fríos se ha hecho muy complicado y ha habido una tendencia natural a cerrar algunas de ellas que se ha tenido que corregir. De cualquier manera, se  está  procediendo a realizar mediciones periódicas del nivel de CO2 para confirmar que la ventilación está siendo la adecuada en cualquier situación.. Esperamos que la llegada de la primavera mejore con mucho esta situación y la apertura de puertas y ventanas se vuelva natural.

¿Cómo se han adaptado los padres y madres a la nueva situación? ¿Han respondido bien a las directrices marcadas en los casos en los que ha habido síntomas en sus hijos o en otros miembros del núcleo familiar? ¿Ha aumentado el absentismo por temor al contagio en las aulas?

Pues como todos. La incertidumbre ante la situación que afrontamos es grande y como es lógico hay opiniones y circunstancias de todo tipo. Esto hace que cualquier decisión organizativa, pedagógica o de cualquier tipo sea muy meditada e intente aunar a la mayoría, aunque no siempre pueda conformar a todos. Aún así, la colaboración de las familias ha sido ejemplar en todos los sentidos y hay que estar muy orgullosos de ello.

Pensamos que el personal no docente ha sido otro sector educativo que ha desempeñado un papel importante en la nueva organización de los centros. ¿Podéis indicar algunas actuaciones en las que hayan participado más directamente?

Su tarea, como la de todos, ha sido fundamental y sin su participación y compromiso no habría sido posible llevar a cabo la tarea organizativa que hemos tenido que “crear” ante una situación nunca vista en un centro escolar. En general, están teniendo un papel fundamental a la hora de controlar los desplazamientos del alumnado y de atender de manera segura a todos aquellos que por un motivo u otro deben acercarse a las instalaciones del Centro.

Leemos continuamente en los medios de comunicación que esta pandemia nos está enseñando muchas cosas a todos en general. ¿Qué han aprendido el alumnado, el profesorado y las familias?

Creo que a esta pregunta solo podremos contestar después de pasado al menos un año desde que volvamos a la normalidad.

Somos  conscientes de que en una entrevista como esta, se quedan muchas preguntas sin hacer. ¿Queréis aportar alguna otra idea?

Solo insistir en que anulemos a aquellos que por cualquier motivo (generalmente interesado o por pura ignorancia) quieran negar el futuro a nuestros jóvenes.


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