martes, 20 de abril de 2021

La Covid-19 y los centros educativos alcalaínos: el IES Antonio de Mendoza

La pandemia no deja tregua en nuestra ciudad; la tercera ola de la pandemia no ha dejado respiro y nuestro municipio ha acumulado tal número de contagios que de nuevo se ve abocado al cierre perimetral. En este marco seguimos dando a conocer cómo los centros educativos alcalaínos han afrontado la pandemia. Es ahora el turno del IES Antonio de Mendoza, centro educativo de grato recuerdo para nosotros en el que hemos desarrollado una gran parte de nuestra labor docente. Es un instituto bilingüe que imparte Educación Secundaria Obligatoria y Ciclos Formativos. José Hidalgo Romero, su director, nos hablado de cómo este centro público, referente en el panorama educativo alcalaíno, se ha adaptado a las condiciones que ha determinado una pandemia que nadie esperaba. 

José Hidalgo Romero, director del IES Antonio de Mendoza

Para comenzar quisiera agradecer la iniciativa puesta en marcha por Antonio Heredia y Antonio Quesada de darnos la posibilidad de divulgar conclusiones y propuestas que giren alrededor de la educación, después de toda la situación sobrevenida como consecuencia de la pandemia provocada con la COVID-19. Sin duda es un buen ejercicio para familias, profesorado y equipos directivos, que sin duda nos va a ayudar a compartir experiencias y a dilucidar qué ha salido bien, qué ha salido mal y que ha venido para quedarse.

La pandemia lleva entre nosotros más de año. Estamos en la segunda semana de abril, ante el inicio de lo que probablemente sea la cuarta oleada de la pandemia, y en lo referente a la educación ha habido dos etapas en los dos últimos cursos escolares. Una primera, de marzo a junio del año pasado, de actividad no presencial y otra, de septiembre a la actualidad, en la que los alumnos si acuden a sus respectivos centros. Se trata de dos modelos completamente diferentes que requieren actuaciones distintas en cuanto a las medidas de prevención e higiene ante la pandemia, ante la organización y funcionamiento del centro, la adecuación de los espacios... ¿Cuáles ha sido estas medidas? ¿Cuál es la valoración de cada una de estas etapas, cuáles han sido las dificultades con las que os habéis encontrado? ¿Cuáles han sido los aspectos más negativos y cuáles los más positivos?

Nadie podría imaginarse hace apenas un año que nuestra forma de vida y nuestra sociedad pudiera llegar a cambiar tanto de un momento a otro, y por extensión nuestra forma de enseñar. De un día para otro se tuvo que cambiar el modelo clásico de enseñanza presencial por el telemático, con el agravante de que el profesorado y los equipos directivos no se encontraban en su lugar de trabajo. Esta etapa no presencial nos sorprendió sin programaciones ni herramientas preparadas y con una formación del profesorado deficiente en cuanto a herramientas digitales necesarias para ejecutarla con éxito; fue por tanto, un reto enorme, tanto para el alumnado como para el profesorado.

En nuestro centro llevábamos trabajando tres años con Google Suite y todo el alumnado contaba con su cuenta activa al igual que el profesorado, muchos de los cuales ya usaban esporádicamente esta herramienta, por lo que ante el dilema de optar por la plataforma propuesta por la administración (MOODLE) u otra externa, tuvimos claro que el hecho de que el alumnado ya estuviera familiarizado con Google Classroom iba a ser una ventaja como así pudimos comprobar. También es cierto, que daba la impresión que estas empresas tenían sus herramientas preparadas un paso por delante de las que gestionaba la administración, lo que hacía que fuese siempre más cómodo y sencillo la opción que quizás era menos conveniente.

A partir de ahí, la adaptación se hizo a marchas forzadas y tirando de muchas horas de dedicación por parte del profesorado, de forma que finalmente se pudo seguir de forma satisfactoria el desarrollo de las programaciones que tuvieron que ser adaptadas también en tiempo record. También fuimos testigos del desgaste y dedicación que realizó gran parte del alumnado, ya que a la labor estricta académica, había que sumar la de revisión y gestión de las plataformas educativas a través de las cuales estaban en contacto con el profesorado, correo electrónico, Google classroom, videoconferencias, etc.

Las principales dificultades fueron dos. Por un lado el alumnado afectado por la brecha digital, al cual tuvimos que atender con los pocos recursos con los que contábamos en ese momento, junto con los aportados por el Ayuntamiento y organizaciones como Cruz Roja. Esto se vio empeorado aún más si cabe por la dificultad extrema de hacerles llegar estos recursos, donde el papel del Ayuntamiento también fue fundamental. Con todo, y pese a los grandes esfuerzos realizados, debemos reconocer que hubo alumnado que quedó total o parcialmente fuera de la propuesta de docencia telemática. La segunda dificultad con la que nos encontramos fue el desinterés mostrado por parte del alumnado, que teniendo medios suficientes no encontró la motivación para seguir la docencia telemática, ya que exigía también mucha más dedicación por su parte, y es que, en la situación de confinamiento, para muchos fue una vía de escape y acabaron dedicando más tiempo a sus menesteres académicos que anteriormente, pero para otros supuso una situación difícil de afrontar y optaron por dar de lado a la docencia telemática, movidos sin duda por ser conscientes de que la evaluación final se debía hacer teniendo en cuenta únicamente los dos primeros trimestres.

La segunda etapa supuso un nuevo reto que directamente sobrecargó de trabajo a los equipos directivos que tuvieron que planificar tres escenarios distintos, todos ellos condicionados por el protocolo COVID-19 que también tuvo que elaborarse desde los propios centros educativos. El escenario presencial, que pese a ser similar al de otros cursos quedaba muy condicionado por las nuevas normas. El telemático, que debíamos tener previsto por si la evolución de la pandemia provocaba un nuevo confinamiento general. Y por último, escenario semipresencial que dejaba en manos de los Claustros la decisión del tipo de modalidad que se debería aplicar en función y su consecuente planificación.

En el IES Antonio de Mendoza se optó por la docencia presencial, pero teniendo preparado en todo momento la docencia semipresencial por si las condiciones sanitarias exigían un cambio de modalidad. Hasta el momento la incidencia ha ido fluctuando según la evolución de la pandemia en la localidad, pero nunca se ha corrido ningún riesgo ya que no se han producido contagios dentro del centro.

Toda esta situación ha acarreado multitud de hechos positivos y negativos, pero si tuviera que destacar las más significativas, bajo mi punto de vista, serían estos:

Lo mejor: La colaboración y participación de todos los ámbitos de la educación a nivel municipal. La respuesta del alumnado y del profesorado que ha sabido adaptarse a los cambios que marcaban las autoridades educativas según los cambios que imponía la pandemia.  

Lo peor: Las actividades extraescolares se han visto reducidas prácticamente en su totalidad, y sobre todo las actividades más enriquecedoras como eran los intercambios internacionales, las inmersiones lingüísticas, los programas europeos, etc. que han tenido que dejar de hacerse. Tampoco podemos olvidarnos, una vez pasado los peores momentos del invierno, que una de las medidas más efectivas para evitar contagios en las aulas como ha sido el mantener la ventilación constante de las mismas ha hecho que tengamos que soportar unas temperaturas extremas dentro de las aulas.


Nuevas situaciones como las sobrevenidas con la pandemia, con una necesidad tan imperante de cambiar el desarrollo normal de las clases, requieren nuevas propuestas, nuevas soluciones. ¿Qué recursos materiales y humanos han llegado a los centros con el inicio del curso actual? ¿Se ha reforzado el personal del centro, como por ejemplo, el personal de limpieza? ¿Ha adquirido el centro algún material especial para contener la pandemia?

En la primera etapa de confinamiento, como ya he destacado antes, todos los recursos provenían del centro educativo, la administración local y algunas ONG. Sin embargo, para la segunda fase sí que se nos ha dotado con múltiples recursos, lo cual ha sido bien acogido por toda la comunidad. Entre otras mejoras, hemos contado con aumento de plantilla para poder realizar desdobles y/o refuerzos educativos, con personal extra de limpieza para desinfección de aulas en horario de mañana, con una dotación de ordenadores portátiles, de gel hidroalcohólico y mascarillas desechables para toda la comunidad educativa. También hemos adquirido medidores de CO2 que nos han resultado muy útiles para comprobar el grado de ventilación y conseguir así los niveles adecuados de partículas en el aire.

Por otro lado,  ha habido partidas económicas específicas para paliar la actual situación. Dos de ellas para reformas y adecuación de espacios, otra para planes y programas educativos, y una más para proyectos de innovación y biblioteca.

En general se trata de recursos y actuaciones que han permitido a los centros educativos contar con más medios para hacer frente a la situación provocada por la pandemia.Aportaciones que esperamos que se mantengan en el tiempo una vez concluya la actual situación excepcional, ya que como se puede ver, ayudan mucho a mejorar la educación pública en nuestra comunidad.

¿Creéis que los cambios producidos, en relación con el uso de las nuevas tecnologías, van a quedarse en los centros?

Qué duda cabe que muchos de los cambios provocados por la pandemia han llegado para quedarse. Aunque en realidad, con anterioridad a la pandemia, ya había muchos compañeros y compañeras que experimentaban y que aplicaban gran parte de las actuales prácticas en sus clases, como el uso de la clase invertida, la publicación de vídeos o presentaciones con preguntas incluidas, uso de plataformas educativas para estar en contacto con el alumnado o el uso de IPASEN para comunicarse con las familias, que sin duda lo que ha conseguido la actual situación ha sido normalizarlo y conseguir que en lugar de ser usadas por una minoría, ahora sean utilizadas por todo el profesorado.

Pero también es cierto, que muchas metodologías que se venían usando anteriormente y que enriquecían y motivaban muchísimo al alumnado, como los grupos cooperativos, trabajos por proyectos en equipo, prácticas en laboratorios, etc. han quedado aparcadas y no debemos dejarlas caer en el olvido, pues suponían un aspecto muy enriquecedor en la formación del alumnado.

Por los medios de comunicación y por las declaraciones de las autoridades educativas sabemos que los centros han resistido al coronavirus mejor de lo que se esperaba. El porcentaje de aulas confinadas en nuestro país está entre el 0,7 y el 2% del total. Esto ha hecho que Gobierno Central y Gobiernos Autonómicos hayan apostado por mantener la educación presencial. ¿Cómo valoráis esta decisión? ¿Cuántas aulas se han cerrado temporalmente en vuestros centros? ¿Cuántos alumnos, profesores, personal no docente se han contagiado? ¿Cuántos han guardado cuarentena, por unos u otros motivos? Los momentos en que ha habido más contagios, ¿han coincidido con los picos de la segunda y tercera ola (noviembre y febrero) en nuestro municipio?

Si bien es cierto que al comienzo del curso, y en vista del alto grado de contagio del COVID-19, se pensaba que el cierre de aulas y el confinamiento de centros enteros iba a ser la tónica general del año académico, ha resultado muy sorprendente la escasa incidencia dentro de las aulas de la pandemia. Sin ningún lugar a dudas, la buena puesta en marcha del protocolo COVID del centro, junto con la responsabilidad de todos los miembros de la comunidad educativa, han hecho que lo que parecía un imposible, se convierta en una realidad, y que lo que a priori era una decisión muy arriesgada por parte de la administración educativa, se haya convertido en la mejor opción para lograr la mejor formación de nuestro alumnado y para acercarnos un poco más a la normalidad tan deseada por todos.

En nuestro centro, durante el primer trimestre, se ha producido el cierre de un aula en tres ocasiones, al tratarse de un aula burbuja, de especial atención.

Casos registrados en la aplicación y comunicados a Seguridad Social (tanto  sospechosos como positivos) en el primer trimestre fueron 120 (alumnado 103, docentes 13, no docentes 4). De ellos hubo 26 casos afirmativos (alumnado 23, docentes 2, no docentes 1), que provocaron 115 contactos directos.

Si es cierto que en este primer trimestre la evolución de los casos era un fiel reflejo de la pandemia a nivel local. De la misma forma, la tercera ola también tuvo una baja incidencia en el IES Antonio de Mendoza como también ocurrió en la Alcalá la Real.

Efectivamente, esto ha provocado una minoración considerable en la incidencia en el segundo trimestre, los casos registrados (tanto  sospechosos como positivos) fueron 28 (alumnado 27, docentes 1, no docentes 0). De ellos hubo 4 casos afirmativos (alumnado 3, docentes 1, no docentes 0), que provocaron 25 contactos directos.

A 12 de abril de 2021, día en el que se realiza esta entrevista, podemos añadir nuestras apreciaciones sobre la incidencia actual de la cuarta ola. Paralelamente a lo que sucede en la localidad, se ha dado un incremento considerable en los casos a la vuelta de las pasadas vacaciones de Semana Santa (aproximadamente se ha declarado un positivo en cada día lectivo). En consecuencia, se ha producido un ascenso en los contactos directos. Afortunadamente, entre los test realizados hasta ahora, aún no se ha producido ningún positivo por contacto directo, y lo que es más esperanzador aún es que tampoco se han dado positivos entre el profesorado, lo cual puede indicar, que pese a contar únicamente con una dosis de vacuna, es probable que esté siendo efectiva, obviamente, hago esta apreciación con toda la cautela posible, pues no tenemos más datos ni evidencias.

Los momentos de desconcierto vividos en los centros educativos durante la pandemia, también se han visto reflejados en las instrucciones elaboradas por la Consejería de Educación y desde las Delegaciones de Educación, todo ello entendible debido al ritmo frenético de trabajo que se tuvo que imponer también en las administraciones educativas. Han sido muchos los aspectos que han necesitado una adaptación a la actual situación y todo debe estar correctamente orquestado para dar máximas garantías al proceso de enseñanza-aprendizaje.

Desde mi punto de vista, los peores momentos tuvieron lugar durante la fase telemática del curso pasado, ya que multitud de decretos, instrucciones y aclaraciones se sucedían casi a diario y en muchas ocasiones producían contradicciones o solapamientos que o bien dejaban cabos sueltos o bien no resultaban lo suficientemente claras para poder dar las mejores garantías a todo el proceso de enseñanza y aprendizaje, pues además, por otra parte se debía dejar la suficiente autonomía a los centros para adaptar las normas a las características propias de cada uno.

Una de las decisiones más cuestionadas resultó ser la de considerar la evaluación final como la media de las dos primeras evaluaciones, esto hizo que parte del alumnado considerara que el esfuerzo por continuar con la docencia telemática en el tercer trimestre no mereciera la pena, pese a contar con medios tecnológicos para llevarla a cabo. Bien es cierto, que por otra parte, el alumnado afectado por la brecha digital no se vio perjudicado en su evaluación final.

En la lucha contra la pandemia en los centros escolares, la normativa estableció que se implantase la figura del coordinador Covid. ¿Ha sido efectiva la designación de un/una docente como coordinador/a COVID? ¿Qué atribuciones ha tenido? ¿Existe un plan escrito donde se detalle cómo se debe de actuar?

La decisión de designar un docente como coordinador COVID en nuestro centro ha sido un acierto, puesto que contábamos con un profesor con experiencia en el mundo de la emergencia y protección civil. Esto ha supuesto que a la hora de elaborar y poner en marcha el protocolo COVID del centro, la toma de decisiones siempre se ha tomado en base a unos conocimientos y experiencias previas que han hecho que su aplicación resulte más sencilla y efectiva.

Dado que la pandemia causada por el coronavirus es una emergencia sanitaria, la relación con los centros sanitarios debe ser muy estrecha e intensa. ¿Cómo se ha llevado a cabo esta colaboración entre el IES Antonio de Mendoza y el Centro de Salud? ¿Quién es el sanitario de referencia en vuestro caso y que funciones desemepeña?

No me cabe la menor duda que una de las piezas clave en el funcionamiento del todo el engranaje creado para combatir la propagación de la pandemia en los centros educativos ha sido la coordinación con los centros de salud, personificada en el enfermero de referencia asignado a los centros educativos. En este punto, la labor de Gerardo Tirado, nuestro enfermero de referencia, y de sus compañeros ha sido ejemplar.

Sus funciones han sido variadas, pero me gustaría resaltar las de asesoramiento para la elaboración de la parte sanitaria del protocolo COVID y todas las circunstancias relativas a la sintomatología de la enfermedad, así como a las aclaraciones sobre contactos directos. Las casuísticas son múltiples, y contar con la opinión de un experto en la materia ha ayudado mucho a minimizar el número de casos en los centros educativos.

El profesorado, sin olvidar al personal no docente, ha sido uno de los colectivos que más está sufriendo el efecto de la pandemia y que junto a todos los miembros de la comunidad educativa, está dando todo lo mejor. ¿Cuál es el estado de ánimo de los docentes ante la enfermedad, los contagios, los cambios sobrevenidos en la forma de trabajar...?  ¿Cómo ha acogido la vacunación?

Todos conocemos la polémica referente a vacuna de Astrazeneca, pero pese a las lógicas reticencias, la predisposición del profesorado y demás personal del centro a recibir la vacuna ha sido encomiable. Esto quiere decir mucho de su actitud frente a esta pandemia, ya que, pese al cansancio acumulado y a la desazón general en la que todos nos encontramos inmersos, todo lo que se persigue es aportar nuestro granito de arena para detener el avance de la COVID-19.

Además, y esto es una apreciación personal, ya que no disponemos de datos para confirmarlo, pero parece que este curso ha habido muchas menos ausencias de alumnado y profesorado por enfermedades de corta duración (gripe, faringitis, infecciones víricas, etc.), pese a estar ventilando constantemente las aulas, parece que la consecuente purificación del aire, unido al uso de mascarillas, ha favorecido una menor transmisión de otro tipo de enfermedades.  

Y ahora hablemos del alumnado. ¿Cómo han reaccionado los alumnos y alumnas a los cambios producidos? ¿Se han notado cambios importantes en su rendimiento? ¿Habéis notado que los alumnos con menos recursos económicos han sido los más afectados durante la etapa en la que los centros han permanecido cerrados? ¿Ha habido algún problema importante en el tiempo de recreo? Alcalá es un lugar con inviernos fríos, ¿cómo se ha resuelto el tema de la ventilación en las aulas?

La capacidad de adaptación del ser humano a las condiciones externas es producto de nuestra propia evolución como especie, y en esta situación ha quedado demostrado una vez más. En lugar de suponer un detrimento en la formación del alumnado, si bien es cierto que el grado de adquisición de contenidos se ha visto reducido, como ya indiqué anteriormente, el alumnado ha adquirido otra serie de destrezas que sin duda le serán muy beneficiosas en el desarrollo de su formación académica. Para empezar, la capacidad de superación ante la adversidad, el uso de las nuevas tecnologías en el ámbito de la educación (correo electrónico, plataformas educativas, competencia digital en general, etc.), la organización del trabajo de las diferentes materias para cumplir los plazos de entrega, son capacidades que sin duda les van a ayudar de ahora en adelante en toda su progresión académica.

Una de las mayores preocupaciones de la administración y del profesorado ha sido el alumnado con menos recursos económicos, pero cada vez que en las tutorías y en los equipos educativos  se trataba el asunto, nos fuimos dando cuenta que este alumnado, al igual que muchos otros, seguían la docencia telemática usando sus dispositivos móviles, hoy en día la práctica totalidad del alumnado dispone de uno, y pese a no ser la mejor herramienta para seguir la docencia telemática, si resultó ser una herramienta fundamental para evitar la brecha digital. El ínfimo porcentaje de alumnado que no disponía de dispositivo móvil ni portátil pudo ser cubierto por el centro, y los casos en los que no disponían de tarifas de datos fueron cubiertos por los Servicios Sociales del Ayuntamiento y también por algunas ONG.

Este año hemos visto todo tipo de mantas y accesorios para combatir el frío extremo sufrido en los peores días del invierno, y pese a haber probado a cerrar temporalmente las ventanas, comprobamos con los medidores de CO2 que los niveles subían rápidamente y por tanto no podían permanecer cerradas más de unos minutos, así que se jugó con entornar algunas de ellas, sobre todo las que se encontraban cerca del alumnado.

Tantos los recreos como la entrada y salida del centro se realiza de forma escalonada, y no ha provocado mayores problemas.

 

¿Cómo se han adaptado los padres y madres a la nueva situación? ¿Han respondido bien a las directrices marcadas en los casos en los que ha habido síntomas en sus hijos o en otros miembros del núcleo familiar? ¿Ha aumentado el absentismo por temor al contagio en las aulas?

Si antes destacaba el papel del sanitario de referencia en la contención de la pandemia, el papel de las familias con el mismo objetivo ha tenido una importancia similar. Desde que al comienzo de curso se hicieran las reuniones para trasladar el protocolo COVID a las familias, se insistió en que era fundamental que en vista de determinados síntomas,  por precaución, aunque no hubiera sospechas de contactos con un enfermo COVID se recomendaba que hasta que no pasaran los síntomas no se debería acudir al centro educativo. Igualmente, transmitimos la idea de que en caso de que se propusiera alguna cuarentena, deberíamos cumplir rigurosamente con ella.

Pues bien, desde las primeras semanas de clase, el cumplimiento de estas normas ha sido ejemplar, han sido muchas las familias que han decidido observar la evolución de sus hijos/as y eso, sin duda, ha contribuido en que haya menos contagios y menos contactos en el centro.

Por otra parte, dada esta relajación en el control y justificación de la asistencia, los casos de absentismo se han detectado de forma más tardía, provocando que el inicio de los protocolos para la prevención del mismo no se hayan aplicado con la misma celeridad que otros cursos.

En la situación actual no se puede pasar por alto el papel desempeñado por el personal no docente. ¿Podéis indicar algunas actuaciones en las que hayan participado más directamente?

El papel jugado por el personal no docente ha sido primordial en todo este proceso, ya que ellos son el primer contacto con los familiares o personas externas que acuden al centro, el cumplimiento estricto del protocolo COVID hace de barrera ante el posible contagio a través de una persona externa al instituto. Además, la colaboración en labores de acondicionamiento de aulas, colocación de cartelería, señalización horizontal y vertical ha sido fundamental.

Por otra parte, el personal de limpieza es una pieza fundamental a la hora de evitar propagación en caso de que se haya dado un caso positivo siguiendo instrucciones rigurosas sobre limpieza y desinfección. Además, siendo en muchas ocasiones los primeros en entrar en contacto con las zonas que han sido ocupadas por alumnado o profesorado contagiado, su valía, si cabe, es doble, pues el riesgo asumido es sin duda mayor.

Como ya he comentado anteriormente, el personal de apoyo para desinfección es también primordial para el buen funcionamiento del protocolo, en la organización del curso se intentó evitar en la mayor parte de los casos que el alumnado cambiara de aula. Pero en los casos en los que no se ha podido evitar, las aulas que se ocupan por varios grupos en un mismo día, gracias a la labor de este personal, se desinfectan antes y después de ser usadas. Por otra parte, se limpian y desinfectan todos los aseos del centro tres veces a lo largo del día. Acciones que sin duda contribuyen a evitar en menor o mayor medida la posible propagación de la COVID.

Leemos continuamente en los medios de comunicación que esta pandemia nos está enseñando muchas cosas a todos en general. ¿Qué han aprendido el alumnado, el profesorado y las familias?

La principal conclusión que todos hemos aprendido es que la mejor manera de superar dificultades es colaborando y trabajando en equipo. En una situación como la que pasamos el curso pasado, o como la que estamos superando ahora, comprobamos que cada pieza del engranaje en el proceso de enseñanza depende de las demás. El alumnado necesita el apoyo de sus familias y la guía del profesorado. Las familias necesitan respuestas del alumnado y comunicación con el profesorado, mientras que el profesorado requiere de implicación del alumnado y complicidad y confianza de las familias.

Todos estos factores, que siempre tienen que estar presentes para que la evolución académica y personal del alumnado sea lo más satisfactoria posible, creo que han sido fundamentales para alcanzar los mejores resultados en las circunstancias que ha originado la pandemia del COVID-19.

Somos  conscientes de que en una entrevista como esta, se quedan muchas preguntas sin hacer. ¿Queréis aportar alguna otra idea?

Agradecer los esfuerzos de todos los componentes de la comunidad educativa del IES Antonio de Mendoza por superar la pandemia y por conseguir que los efectos de la misma tengan la menor influencia posible en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje de nuestro alumnado, así como a las administraciones locales y provinciales.

 

4 comentarios:

  1. Enhorabuena a Antonio Quesada y Antonio Heredia por este trabajo y también a Pepe Hidalgo. Son tres de los mejores profesionales que he tenido la fortuna de conocer durante toda mi trayectoria profesional y tres grandes personas con las que he compartido grandes momentos.
    Un saludo a todo el personal docente y no docente del IES Antonio de Mendoza, un Centro en el que pasé ocho maravillosos cursos y que siempre llevaré en mi corazón.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Javier. Coincidimos en que por el Antonio de Mendoza hemos pasado buenas personas y profesionales entregados a hacer que nuestro instituto creciera. Tu eres otro ejemplo de ello. Y como ves, aunque ya no estemos allí, sigue siendo referente en la educación alcalaína, incluso en esta situación tan penosa que no toca vivir puedes ver el buen hacer que hay allí. De nuevo gracias por tu comentario y por formar parte de esa familia, que aunque estemos ya en otros destinos, seguimos siendo la gente que hemos pasado por el Mendoza.

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  3. Gracias Antonio Heredia y Antonio Quesada por este vuestro trabajo y por haberlo compartido conmigo.
    Me ha encantado ver cómo "nuestro" instituto (todavía lo sentimos así) sigue trabajando, adaptándose a los nuevos problemas. Problemas graves, una pandemia, que a nosotros no se nos presentaron y que han sabido enfrentarse a ellos y aprender de ellos, alumnos y profesores.
    Adelante con vuestro trabajo y seguro que haréis un instituto un poco mejor cada día.

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  4. Muchas gracias por la lectura y por el comentario. El verdadero trabajo a agradecer es el que se hace desde nuestro instituto y el resto de los centros educativos por la educación y en esta situación frente a la pandemia. Esperamos que nos sigáis en este blog.

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